domingo, 28 de septiembre de 2008

Glenmorangie Quinta Ruban



Single Malt

Highlands

De edad se supone que básicamente 12 años

Embotellado por la destilería

46,00% vol

Ya estoy de vuelta de las vacaciones (con el fresco del otoño vuelve uno a la actividad, además de que en verano tiendo a beber menos destilados, exceptuando los G&T) y con una botella nueva, así que aquí estamos comentando el material. Como ya había dicho en el post sobre el Glenmorangie Port Wood Finish, Glenmorangie ha pasado por un importante cambio de imagen (y no sólo de imagen; también hubo cambios en la gestión de la destilería) similares a los de otras marcas como, notablemente, Dalmore, que pasan a acentuar más el aspecto de lujo/exclusividad y todas esas cosas, pasando por encima del de tradición/artesanía (compárense, por ejemplo, la etiqueta de los ABC wood finish con la imagen tipo grabado antiguo con las actuales; por cierto, la botella de ahora está muy bien y las etiquetas no tienen ninguna pega evidente, pero a mí las cápsulas de plástico no me acaban de convencer, aun reconociendo que es un tema bastante intrascendente). Como había dicho entonces, el PWF pasa a convertirse en el Quinta Ruban, por lo que creo que lo más razonable es compararlos.
Para empezar, se nota bien la subida de alcohol: la pegada en nariz es bastante intensa y, en boca, frente a la entrada aterciopelada y golosa que tenía la versión anterior, este es potente llegando casi a hacerse picante. No soy muy aficionado a cortar los whiskies con agua, pero este bien agradece una gota.
Por lo demás, se mantienen muchas de las notas definitorias del PWF, como el tono achocolatado y de frutos secos, especialmente nuez, la nota balsámica o el matiz floral (geranio sobre todo) en nariz, pero se añaden otros nuevos, notablemente un aire de almendra, tanto cruda como tostada (esta última especialmente clara en el final y acompañada de un nítido matiz avainillado) que no aparecía, cuando menos tan clara, en el PWF, y un carácter cítrico, entre naranja y pomelo, que aporta al mismo tiempo profundidad, fragancia y frescura. Cambian las cosas también con respecto al equilibrio whisky/oporto, ya que éste se desplaza marcadamente favoreciendo al primeiro y la fruta del vino tiene una presencia como mucho residual.
En términos generales, el QR gana en potencia y posiblemente tambén en complejidad, si bien no tiene, al menos sin diluir, aquel cuerpo goloso y amable que tenía el PWF (con todo, quizas se pueda corregir esto jugando con el agua añadida).

1 comentario:

Unknown dijo...

Un poco más suave que Quinta Ruban es Lasanta
¿Lo has probado ?

http://www.smartbites.net/es/product/whisky-glenmorangie-lasanta