Single Malt
Highlands
12 años
Embotellado por la destilería
40,00% vol
Otro highland que ha pasado por cambio de imagen (ya es el segundo en poco tiempo) y también de composición, y de forma similar a los otros, se adopta un look más tirando a minimalista, estilizado, elegante y todas esas cosas; sin embrgo, como lo que aquí importa es lo de dentro de la botella (aunque el ciervo muy bonito), vamos a lo que interesa. Parece que el Sr. Paterson, el elegante y bigotudo responsable de destilación y mezclas del grupo Whyte & Mackay (estoy deseando que me llegue su libro), decidió subirle la proporción de whisky criado en madera de jerez y ahora están a partes iguales.
No tengo a mano una muestra del anterior, pero recuerdo que el color era semejante, oro viejo entrando bien en el ámbar. El primer golpe de nariz hace destacar mucho café, particularmente en grano, cáscara de naranja amarga y una dosis notable de cuero; posteriormente, se observa también cacao, ciertos matices anisados y también un tono de monte, con brezo y aulaga arecién cortada.
Todas estas notas vuelven a aparecer en la boca, con la naranja, el café con cacao y los anisados, en un paladar con presencia que añade notas de nuez, algo de caramelo y toffee, repite los matices de monte y vuelve a presentar el cuero de la nariz, pero que esta vez se va transmutando en regusto de tabaco.
Estoy comparando de memoria, pero me parece que, frente a la versión anterior de la anterior (la de la etiqueta con el dibujo en sepia), en líneas generales, se añaden sabores nuevos (particularmente el de brezo y aulaga), se potencian otros (el café y el cuero, que antes estaba presente como una pincelada muy escondida), otros se modifican levemente (de las naranjas en confitura pasamos a la cáscara fresca) y otros se retiran (recuerdo que el anterior tenía notas en el final de coco, almendra y mazapán no presentes en este). Un whisky robusto que no está para tonterías pero sigue siendo bastante contemplativo (pensemos café/cacao) aún con el nuevo vigor.